Proyectos de "Misión" Juventud Carmelita Ecuatoriana

Con la finalidad de realizar proyectos de solidaridad, acogida y fraternidad con comunidades que lo necesiten, los jovenes que conformamos el JUCAE, queremos compartir con ustedes estas iniciativas y proponerles se nos una como colaboradores.

martes, 20 de diciembre de 2011

Ni rastro de ellos en el Nuevo Testamento

Tremendo parecido de los Esenios con ciertos personajes de los cuales tampoco se nombra en el Nuevo Testamento; como para tomarlo en cuenta.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Regreso al pasado: ¡nunca más! (Nota publicada en el Telegrafo)

(El Telegrafo)

Padre Pedro Pierre

Los católicos de Sucumbíos siguen tristes pero luchando, porque quieren vivir según el Evangelio de Jesús. Les dice el salmista: “Los que siembran entre lágrimas cosecharán entre júbilo”.

La mayoría de los cristianos de Sucumbíos no logra paz, tranquilidad ni vida feliz, porque desde el nombramiento eclesiástico de los Heraldos del Evangelio, hace más de un año, se les quiere imponer la vuelta al pasado. Unos 6 meses de lucha les permitió sacar de su provincia a esta institución tradicionalista y fascista. Lastimosamente, salidos los Heraldos con botas, se les mandó “Heraldos sin botas”. Y siguen los conflictos de una minoría ambiciosa contra una mayoría progresista fiel a las enseñanzas de la Iglesia.

Se quiere sepultar la Iglesia de los Pobres soñada por el papa Juan 23 hace 50 años en vísperas (1962) del Concilio Vaticano 2º: “Frente a los países subdesarrollados, la Iglesia se presenta tal cual es y quiere ser: la Iglesia de todos y más particularmente la Iglesia de los Pobres”.

Se quiere sepultar la vivencia de la Iglesia como “Pueblo de Dios”, proclamada por el mismo Concilio, el cual reconoce a los laicos iguales en dignidad y derechos con los clérigos.

Se quiere sepultar el Documento de Medellín (1968) donde los obispos latinoamericanos comprometieron a la Iglesia con la opción por los pobres y la pobreza digna, confirmándose en sus reuniones de Puebla (1979) y Aparecida (2007), opción asumida por el papa Juan Pablo 2º porque la Iglesia “la considera como su misión, su servicio, como verificación de su fidelidad a Cristo, para poder ser verdaderamente Iglesia de los Pobres”.

Se quiere sepultar a un pueblo que se ha puesto a caminar de pie tanto en la Iglesia como en la sociedad. ¡Felicitaciones a todas y todos los que siguen en esta lucha humanista y evangélica! Fue el camino de Jesús; es el camino del futuro.

¡Ánimo, gentes de Sucumbíos: ni un paso atrás! Decía Gandhi, el profeta de la no violencia activa y colectiva, de la que se inspiran las organizaciones cristianas y populares de Sucumbíos: “Lo grave no es la maldad de los malos, sino el silencio y la complicidad de los buenos”. Pues la realidad demuestra que, al emprender un camino de dignidad, algunos quieren destruir el camino hecho y otros sentarse en la vereda.

Según San Pablo, se trata de un parto colectivo donde “no hay marcha atrás”. El mismo Jesús nos advierte y nos anima: “La mujer que ha dado a luz se alegra y olvida los sufrimientos del parto”.

jueves, 20 de octubre de 2011

EL PASTOR CON EL QUE SUEÑA LA IGLESIA DE SUCUMBÍOS

Tomado del blog de ISAMIS: ISAMIS
 
 

La autoridad en la iglesia antes que ejercicio del poder es un ejercicio de identidad siendo encargados de hacer visibles las cualidades de Jesús, el Buen Pastor, modelo de todos los pastores y figura de toda autoridad en la Iglesia (Jn 10, 11).

El buen pastor con el que sueña la Iglesia de Sucumbíos ha de ser persona con capacidad de escucha y de acogida:
  • Para escuchar al pueblo en su sufrimiento y dolor (Cfr. Ex 3, 7). La provincia de Sucumbíos tiene una historia reciente marcada por la marginalidad, la explotación, el sufrimiento y el dolor. Han padecido a manos de las compañías petroleras que abrieron los primeros caminos y carreteras, de las compañías de la madera, de los comerciantes, de las autoridades sin escrúpulos, de las fuerzas de seguridad y de las consecuencias de la frontera con Colombia. Algunos dicen que hasta ahora no habían padecido el maltrato por parte de la Iglesia.
  • Capaz de escuchar a Dios en su oración para que le vaya concediendo “entrañas de misericordia” como a Jesús de Nazaret. Solamente desde ahí podrá devolver a esa Iglesia la dignidad que se le ha robado como hacía Jesús con los desposeídos que se encontraba, ciegos (Mc 8, 22-25; Jn 9), sordomudos (Mc 7, 31-35), endemoniados (Mc 5, 15)…

El buen pastor con el que sueña Sucumbíos ha de ser un hombre que ame apasionadamente la verdad pues la iglesia de Sucumbíos ha padecido el flagelo de las verdades a medias, la maledicencia y la difamación por todos los medios: emisoras, internet, panfletos… Resulta especialmente escandaloso que esta obra haya contado con la anuencia de parte de responsables de la iglesia. El pastor que venga para sanar heridas no escuchará únicamente a una parte ni tomará posturas premeditadas y denunciará todo aquello que dañe la dignidad y credibilidad de las personas o grupos buscando que brille la verdad, que es la que nos hace libres (Jn 8, 32).

Sucumbíos sueña con tener un pastor que sea autor y generador de comunión. Es tarea primordial de toda autoridad en la Iglesia ser autor de comunión. (DA 188) Esta comunión se da en ambientes diferentes:

  • Al interior de la propia iglesia local, en cada comunidad y entre las comunidades mismas potenciando las instancias de comunión y participación de la iglesia: Consejos Pastorales, Consejo Diocesano de Pastoral, Consejos de las Unidades de Pastoral, Asamblea Diocesana de Pastoral. Las formas de coordinación podrán variar según los tiempos y necesidades pero no conviene que deje de existir un tejido de comunión. Es el ser de la Iglesia.
  • También deberá estar produciendo comunión con las demás iglesias especialmente las más cercanas, tal como pide el Documento de Aparecida. (DA 166, 181,182…)
  • Con las demás Iglesias del Ecuador asumiendo y cuidando los proyectos emanados por la Conferencia Episcopal tanto en el proyecto de catequesis como en cualquier otra temática que se proponga la Conferencia. (DA 181 y 182)
  • Y la comunión con la Santa Sede para seguir y animar sus directrices.
Sucumbíos sueña con un obispo que valore a los pobres no solamente como objetos de su misericordia o tarea humanitaria de la Iglesia sino con capacidad de escuchar en ellos los gemidos del Espíritu, acogiéndoles, haciendo que sean protagonistas de su historia al devolverles la dignidad que su situación les había quitado. También el obispo que Sucumbíos sueña se dejará tocar por los pobres no sólo físicamente sino que se dejará evangelizar por ellos.

Sucumbíos sueña con un obispo que confía en sus colaboradores, especialmente en el clero diocesano nacido de esta experiencia de Iglesia y que han probado sobradamente su compromiso con la iglesia y con la provincia.
  • Tanto los sacerdotes como los diáconos permanentes encontrarán con él el lugar para ser discípulos y misioneros de Jesús y servir a la iglesia local.
  • En las religiosas encontrará excelentes colaboradoras para la pastoral desde su testimonio de vida fomentando la diversidad de los carismas como expresión de la riqueza de la iglesia (DA 169).
  • Confiará en la riqueza que Dios le otorga para su colaboración en los Ministerios laicales que sostienen la fe de sus hermanos en cada comunidad cristiana. (DA 202)
Un pastor que entra en la realidad, no huye de ella ni se atrinchera ante los problemas que vive la provincia de Sucumbíos sino que los hace propios como pide el Concilio (GS 1). Sucumbíos sueña con llegar a tener un Obispo que hace una pastoral para que la iglesia local sea fermento dentro de la masa (Cfr. Mt 13, 33).

Característica fundamental para este pastor con el que sueña Sucumbíos es que tenga entrañas de misericordia, que no condene sino que salve (Jn 12, 47), que apoye, que ayude y estimule, que privilegie el espíritu ante la ley.

En el respeto a la tradición de la Iglesia local y la Iglesia latinoamericana optará por la iglesia comunidad de comunidades tal como pide insistentemente el Documento de Aparecida al decir: La vida en comunidad es esencial a la vocación cristiana (DA 168) y al hablar de la Parroquia como comunidad de comunidades (Cfr. DA 170-177) o de la opción por las Comunidades Eclesiales de base y pequeñas comunidades (Cfr. DA 178-180).

Finalmente la Iglesia y la sociedad de Sucumbíos sueñan con un pastor capaz de respetar la sana tradición de la Iglesia de Sucumbíos enmarcada en la tradición de la Iglesia Latinoamericana alentada por el Concilio Vaticano II

sábado, 15 de octubre de 2011

A TAITA AGUSTIN BRAVO

Tomado del blog de ISAMIS:

A TAITA AGUSTIN BRAVO




"SÉ FIEL HASTA LA MUERTE Y YO TE DARÉ LA CORONA DE LA VIDA"
Apocalipsis 2, 10

Si hay una expresión que defina a este hombre que acaba de pasar con alegría a la eternidad, es esa: FIEL.

Setenta y dos años de servicio sacerdotal, firme, convencido, lúcido, generoso, valiente hasta los mayores limites, alcanzó un estado de libertad que hizo de su palabra y vida o palabra vivida, una luz intensa a quienes la gracia nos permitió tratarlo.

Fiel a Jesús de Nazaret cuya propuesta siguió sin reservas, sobre todo a la hora de confrontar las sombras que impedían a su pueblo ver la luz. Fiel a los pobres, devenidos en Iglesia, que no, jamás, templo oscuro y arrogante, Taita Agustín entendió siempre a la Iglesia como la comunidad que anunciaba la dignidad de los hijos de Dios, su vitalidad plena, su realización sin cadenas.

Fiel a la hora histórica que le tocó vivir, nunca rehuyó el rol de profeta que se le había encargado: duras las expresiones ante el poder que sojuzga y somete al débil; tierno ante los que necesitan atención y abrigo; sereno frente a los jueces que interrogan y hurgan arrogándose divinidad; incisivo en el análisis teológico y temporal; comprensivo y severo con los jóvenes que llegaban, llenos de dudas y preguntas. Padre en el mayor sentido de la palabra.

Fiel a su hermano y maestro Leonidas Proaño, de cuya obra fue piedra viva, a la difusión de la que dedicó, la vida. Este es quien hoy celebra ya en compañía de los santos, la cena del amor inacabable.


Las Misiones Populares que nacieron desde Chimborazo: las comunidades de base; los misioneros itinerantes; las Escuelas Radiofónicas; la organización popular; la organización indígena; el pueblo en marcha a conquistar la vida, todo ello lleva la huella de nuestro Agustín.

Desde acá en la Amazonia. Desde Sucumbíos, la Iglesia de San Miguel de Sucumbíos (ISAMIS), la que ha sido llamada y con razón "hija de la Iglesia de Riobamba", se une en la oración de gratitud por la vida de Agustín Bravo.

Nosotros que hemos soportado, y lo seguimos haciendo, la persecución y agobio del poder del mundo, durante mucho tiempo y sobre todo este último año, supimos de su voz de aliento y compañía. Gracias Hermano... De corazón, gracias.

Igual que el Taita Chimborazo, también hoy tú, Taita Agustín: Profeta de los pobres de Dios; sacerdote de Jesús Liberador; compañero de María del Magníficat; amigo de Proaño y sus sueños, has sido coronado de vida eternamente.

Los que peregrinamos en las fronteras de la vida y de la muerte elevamos al Padre nuestro canto junto al arrullo de los grandes ríos de la Amazonia y te decimos HASTA SIEMPRE Y BENDITO SEAS... HERMANO.

LOS MISIONEROS Y MISIONERAS DE LA IGLESIA DE SAN MIGUEL DE SUCUMBÍOS

miércoles, 12 de octubre de 2011

LA VERDAD, PILATO, ES…


En fraterna comunión total
con Jon Sobrino,
teólogo del Dios de los pobres,
compañero fiel de Jesús de Nazaret,
testigo de nuestros mártires.

¿Qué es la verdad? ¿Quién tiene la verdad? ¿Cuál es la política verdadera? ¿Cuál es la verdadera religión? Esas preguntas, con diverso tono y a veces provocando desconcierto e indignación, son preguntas universales y de cada día y no las podemos rehuir, ni en la política, ni en la religión. La globalización, si por un lado nos amarra al lucro desalmado, por otro lado nos proporciona espacios nuevos de diálogo y de convivencia, en la verdad compartida.

Nuestra Agenda Latinoamericana Mundial, en estos años de 2007 y 2008, pregunta por la verdadera democracia y denuncia la falsa política. En 2007, “Exigimos y hacemos otra democracia”; y en 2008, “La política ha muerto, viva la política”.

Aquí, en América, en medio de ambigüedades, crispaciones y desencantos, se está dando un viraje hacia la izquierda. Pero, en congresos y en publicaciones, se hacen las preguntas inevitables: ¿qué es la izquierda, qué es la democracia, cuál es la verdadera política, cuál es la verdadera religión, cuál es la verdadera iglesia?

No hay duda que caminamos, a pesar de las dramáticas estadísticas que el PNUD y otras instituciones de opinión nos dan. Son 834 millones de personas las que pasan hambre en el mundo y cada año son 4 millones más. Un 40% de la población mundial vive en la pobreza extrema. En América Latina son unos 205 millones de personas en la pobreza. En África Subsahariana son 47 millones. El economista Luís de Sebastián recuerda que “África es un pecado de Europa”, la mayor deuda actual de la Humanidad. El mundo emplea anualmente un billón de dólares en armas, cantidad 15 veces superior a la cantidad destinada a la ayuda internacional… La desigualdad en nuestra aldea global es una verdadera blasfemia contra la fraternidad universal. Un ejemplo: la media de la renta anual de las personas más ricas de EE UU es de 118.000 dólares; y la media de la renta anual de las personas más pobres de Sierra Leona es de 28 dólares.

Camina el diálogo ecuménico e interreligioso, todavía en las márgenes, y minoritario aún. El fenómeno grave y mundial de la migración está exigiendo respuestas y decisiones que afectan ya a los diferentes pueblos y culturas y religiones. ¿De quién es la verdad?, ¿de quién no es?

La Iglesia, la Iglesia católica, celebra, en Aparecida (Brasil), en este mes de mayo, la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano y Caribeño. Y ya se han levantado voces, sinceras y dignas de toda participación, reclamando “lo que no puede faltar en Aparecida”: la opción por lo pobres, el ecumenismo y el macroecumenismo, la vinculación de fe y política, el cuidado de la naturaleza, la contestación profética al capitalismo neoliberal, el derecho de los pueblos indígenas y afroamericanos, el protagonismo del laicado, el reconocimiento efectivo de la participación de la mujer en todas las instancias eclesiales, la corresponsabilidad y la subsidiaridad de toda la Iglesia, el estímulo a las CEBs, la memoria comprometedora
de nuestros mártires, la inculturación sincera del Evangelio en la teología, en la liturgia, en la pastoral, en el derecho canónico. En fin, la continuidad, actualizada, de nuestra “irrenunciable tradición latinoamericana” que arranca, sobre todo, de Medellín.

El tema del V CELAM es: “Discípulos y misioneros de Jesucristo, para que en Él nuestros pueblos tengan vida. Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Las discípulas y misioneras, ya que no entran en el enunciado, esperamos que entren en las decisiones de la Conferencia…). El discipulado y la misión son la vivencia concreta y apasionada del seguimiento de Jesús, “al acecho del Reino”. El teólogo A. Brighenti señala que el déficit eclesiológico del Documento de Participación se expresa, sobre todo, en el eclipse del Reino de Dios, citado sólo dos veces en todo el documento. ¿Por qué se le tiene tanto miedo al Reino de Dios, que
fue la obsesión, la vida, la muerte y la resurrección de Jesús?

 No está todo tranquilo en esa Conferencia del CELAM. Con muy mala sombra, como dirían los castizos, ahora, en vísperas de la Conferencia, ha estallado el proceso de nuestro querido Jon Sobrino. Muy sintomático, porque un cardenal de la Curia romana ya ha declarado que antes de Aparecida estará liquidada la Teología de la Liberación. Ese ilustre purpurado habrá de aceptar, supongo, que después de Aparecida continuará vivo y activo el Dios de los pobres, y continuará subversivo el Evangelio de la liberación; y que desgraciadamente el hambre, la guerra, la injusticia, la marginación, la corrupción, la codicia, continuarán
exigiendo de nuestra Iglesia el compromiso real al servicio de los pobres de Dios.

Yo le he escrito a Jon Sobrino, recordándole que somos millones los que lo acompañamos y es, sobre todo, Jesús de Nazaret quien lo acompaña. Le recordaba a Jon aquella décima que escribí a raíz del martirio de sus compañeros de la UCA: “Ya sois la verdad en cruz / y la ciencia en profecía, / y es total la compañía, / compañeros de Jesús”. Por tu santa culpa, le decía a Jon, muchos estamos oyendo, traspasada de actualidad, la pregunta decisiva de Jesús: “Y vosotros ¿quién decís que soy?” Porque es al verdadero Jesús a quien
queremos seguir.

Despectivamente Pilato le pregunta a Jesús qué es la verdad y no se para a oír la respuesta y además lo entrega a la muerte y se lava las manos. Maxence van der Meersch le responde a Pilato y nos responde a todos: “La verdad, Pilato, es estar del lado de los pobres”. La religión y la política han de acoger esa respuesta hasta las últimas consecuencias. Toda la vida de Jesús, además, es esa misma respuesta. La opción por los pobres define toda política y toda religión. Antes era “fuera de la Iglesia no hay salvación”; después, “fuera del Mundo no hay salvación”. Jon Sobrino nos recuerda, una vez más, que “fuera de los pobres no hay salvación”. Juan XXIII abogaba por “una Iglesia de los pobres, para que fuese la Iglesia de todos”. Lo cierto es que los pobres definen, con su vida prohibida y con su muerte “antes de tiempo”, la verdad o la mentira de una Sociedad, de una Iglesia. Dice nuestro Jon Sobrino: “Quien no sepa explícitamente de Dios, lo ha encontrado si ha amado al pobre”; y el Evangelio lo dice repetidamente en la palabra y en la vida de Jesús, en su pesebre y en su calvario, en las bienaventuranzas, en las parábolas, en el juicio final…

Hermanos, hermanas, gente querida y tan próxima en el mismo desvelo y en la misma esperanza, sigamos. Intentando “hacer la verdad en el amor”, como dice el Nuevo Testamento, en comunión fraterna y en la praxis liberadora. “Con los Pobres de la Tierra”. Siendo “vidas por el Reino de la Vida”, como pregonábamos en la Romería de los Mártires de la Caminada”.

Sea esta pequeña circular un grande abrazo de compromiso, de gratitud, de esperanza invencible, Reino adentro.

Pedro Casaldáliga
Circular 2007
24 de marzo, Pascua de San Romero

lunes, 10 de octubre de 2011

YO, PECADOR Y OBISPO, ME CONFIESO

Yo, pecador y obispo, me confieso
de haber llegado a Roma con un bordón agreste;
de sorprender el Viento entre las columnatas
y de ensayar la quena a las barbas del órgano;
de haber llegado a Asís,
cercado de amapolas.

Yo, pecador y obispo, me confieso
de soñar con la Iglesia
vestida solamente de Evangelio y sandalias,
de creer en la Iglesia,
a pesar de la Iglesia, algunas veces;
de creer en el Reino, en todo caso
-caminando en Iglesia-.

Yo, pecador y obispo, me confieso
de haber visto a Jesús de Nazaret
anunciando también la Buena Nueva
a los pobres de América Latina;
de decirle a María: «¡Comadre nuestra, salve!»;
de celebrar la sangre de los que han sido fieles;
de andar de romerías...

Yo, pecador y obispo, me confieso
de amar a Nicaragua, la niña de la honda.
Yo, pecador y obispo, me confieso
de abrir cada mañana la ventana del Tiempo;
de hablar como un hermano a otro hermano;
de no perder el sueño, ni el canto, ni la risa;

de cultivar la flor de la Esperanza
entre las llagas del Resucitado.

(Pedro Casaldaliga)

jueves, 22 de septiembre de 2011

ISAMIS Y LA EVANGELIZACIÓN

Tomado del blog de ISAMIS
(Texto Completo)

Se han dicho muchas cosas y la mayor parte de ellas viles mentiras, cuando no puras calumnias, sobre la acción evangelizadora y misionera de la Iglesia de San Miguel de Sucumbíos. Como laico que compartió durante más de 8 años la vida y trabajo de ISAMIS quiero dar testimonio de la verdad que viví y con la que me identifiqué.

Hay personas que resaltan que los Heraldos bautizaban así no más, que hacían bonitas ceremonias, que esos/as laicos/as de ISAMIS se metían donde no debían, etc...

Vale la pena recordar lo que decía Pablo VI en la Exhortación apostólica “Evangelii Nuntiandi[1]”. El 8 de diciembre de 1975 Pablo VI publicó la exhortación apostólica “Evangellii Nuntiandi”, como fruto de la III asamblea general del sínodo de los obispos (1974).

En esta exhortación hay importantes ideas que vale la pena resaltar:
· La iglesia es a la vez evangelizadora y evangelizada.
· La evangelización consiste en transformar a la humanidad, y esta transformación sólo en posible mediante la transformación de cada hombre a través de la novedad del bautismo y de la vida según el Evangelio.
· Hay una gran relación entre la evangelización y la promoción humana. La iglesia tiene el deber de anunciar la liberación integral del ser humano y de todos los seres humanos, asociada a la construcción del Reino de Dios.
· La iglesia debe buscar siempre los medios para poder evangelizar a todas las personas y a todas las culturas.
· Hay una valoración positiva de las comunidades eclesiales de base.
· La iglesia entera debe ser misionera.
· Se valoran y promueven los ministerios laicales.

Pablo VI terminaba la “Evangelii nuntiandi” con una renovada exhortación, llena de fe y de confianza, a revitalizar la vida misionera de la Iglesia.

Eso es lo que se puso en práctica ISAMIS:
· Reconocer que a la vez que se evangeliza, las personas más sencillas nos enseñan y nos dan testimonio desde su fe y esperanza.
· Que ser católico/a no es cumplir ritos o acumular sacramentos porque sí. En ISAMIS se pedía un compromiso de formarse y permanecer en la comunidad. ¡¡¡¡JAMÁS SE PEDÍA PLATA!!!!! Por propia voluntad de cada persona o familia dejaban la limosna que quisieran de forma voluntaria y anónima.
· Que la promoción humana y el trabajo social están íntimamente unidos. Así se crearon las organizaciones populares y las obras sociales. ¿Acaso la gente se ha olvidado de los subcentros de San Francisco en Lago Agrio, de Pacayacu o de Puerto El Carmen? ¿No sigue ahí la Maternidad Sucumbíos? ¿Y el Hogar Infantil? ¿No son las mismas organizaciones que siguen vivas las que defienden el trabajo de la Iglesia?
· Se atendió a todas las personas y se trató con respeto y valorando a todas las culturas: afroecuatoriana e indígenas Kichwas, Cofanes, Shuar. La incorporación de ritos ancestrales en la liturgia es algo permitido, siempre que se conserve la esencia de los sacramentos. ¡¡¡¡¡¡HASTA A JUAN PABLO II y BENEDICTO XVI LES HAN HECHO LIMPIAS EN DIVERSOS PUEBLOS ANCESTRALES!!!!! ¿SERÁN ELLOS TAMBIEN HEREJES?
· Se formaron comunidades de fe urbanas y rurales, unidas al resto de la Iglesia. Hasta los movimientos como la Renovación Carismática o Juan XXIII tuvieron su espacio, aunque nunca se les permitió que actuaran, como algunas personas a veces pretendían, por libre y al margen del resto de la comunidad eclesial.
· Los/as laicos/as fuimos llamados/as a ser misioneros/as, a participar de forma activa en la iglesia, a compartir con los/as hermanos/as nuestro espíritu de servicio a través de los ministerios laicales. Me consta cuántas personas (hombres y mujeres) dedicaban su tiempo, entrega y esfuerzo a los demás sin esperar nada a cambio.

¿ES ESTA LA IGLESIA QUE ALGUNAS PERSONAS QUIEREN A TODA COSTA DESTRUIR?

Ciertamente, las cosas no eran y no son perfectas en ISAMIS (¿dónde lo son?), pero no hay duda que siempre se actuó de acuerdo a las directrices y normas de la Iglesia, como lo acabamos de ver en la exhortación de Pablo VI.

PERO AÚN MÁS, POR ENCIMA DE LOS DOCUMENTOS ESTÁ EL EVANGELIO AL QUE DESDE ISAMIS SE QUIERE SER SIEMPRE FIEL CON LAS LIMITACIONES, DEFECTOS Y PECADOS DE NUESTRA CONDICIÓN HUMANA.

LOS QUE HABLAN DE OBEDECER AL PAPA DEBEN RECORDAR QUE LO QUE ESCRIBIÓ S.S. PABLO VI SE ENCUENTRA VIGENTE Y QUE ESO MISMO SE ENCUENTRA EN EL CONCILIO VATICANO II EN LA CONSTITUCIÓN GAUDIUM ET SPES.
 
EN ISAMIS SE FORMÓ UNA IGLESIA VIVA Y LA FUERZA DEL ESPÍRITU SANTO NOS ANIMA A DEFENDERLA NO POR SOBERBIA O CREYÉNDONOS DUEÑOS ABSOLUTOS DE LA VERDAD, SINO SABIENDO QUE NECESITAMOS PURIFICARNOS DE FORMA PERMANENTE PARA SER MEJORES DISCÍPULOS/AS DEL SEÑOR.

[1] Evangelii Nuntiandi significa “Anunciando el Evangelio”

domingo, 18 de septiembre de 2011

Rotundo Exito - Movilización en Sucumbíos

Una vez más se pudo constatar, en la hermana provincia de Sucumbíos, la gran convocatoria que el pueblo, las organizaciones sociales, los proyectos sociales y en general la comunidad, para exigir al Vaticano la continuidad del proceso de Iglesia Social eligiendo un Obispo acorde a las enseñanzas más básicas del Evangelio en la opción preferencial por los pobres, los jóvenes y los más pequeños del Reino.


Esto lo podemos constatar con el gran despliegue noticioso que los medios nacionales dieron al evento, para lo cual adjuntamos los enlaces:


UNIVISION (artículo completo
Marchan en Ecuador para que Vaticano elija obispo que mantenga iglesia social - Cientos de personas participaron hoy en una marcha pacífica en la provincia amazónica de Sucumbíos, en el noreste Ecuador, para reclamar al Vaticano que elija a un obispo que mantenga la iglesia social y comunitaria establecida en la zona ...


CONFIRMADO.NET (artículo completo)

Sucumbíos: fieles marchan para pedir al Vaticano elija a Obispo

Unos 1.500 participantes se dieron cita para la marcha que duró alrededor de una hora y media. El destino final fue la catedral de Sucumbíos ....

RFI ESPAÑOL.FR (artículo completo)
MANIFESTACIONE S CONTRA LOS HERALDOS DEL EVANGELIO
Los ciudadanos de Lago Agrio, en la fronteriza Sucumbíos, salieron a las calles para pedir al Vaticano el nombramiento de un obispo conciliador que respete el modelo de iglesia social...

HOY.COM.EC (artículo completo)

Marchan en Sucumbíos para que Vaticano elija obispo que mantenga iglesia social

Cientos de personas participaron hoy en una marcha pacífica en la provincia amazónica de Sucumbíos....


¡Sucumbíos quiere iglesia comunitaria!

a marcha se realizó con “tranquilidad” y se concentró finalmente en las afueras de la catedral de Sucumbíos...

Con todo nuestro apoyo solidario, nos unimos a esta noble causa de nuestros hermanos de Sucumbíos y les felicitamos por hacerse presente y reclamar los derechos que por largos años han defendido y que hoy son reconocidos a nivel internacional como una comunidad ejemplar, no solo en lo Religiosos, sino en la parte humana.

...

sábado, 17 de septiembre de 2011

MARCHA PACÍFICA EN SUCUMBÍOS, ECUADOR - nota de prensa

Tomado de :ISAMIS

(Nota de prensa) - MARCHA PACÍFICA EN SUCUMBÍOS, ECUADOR

MARCHA PACÍFICA EN SUCUMBÍOS, ECUADOR
Equipo Comunicación Sucumbíos
Lago Agrio. Sábado 17 de septiembre


Mientras la población llegaba a las puertas de la catedral desde las ocho de la mañana, la policía comenzó a acordonar la iglesia en previsión de evitar altercador, y se aseguró con los organizadores de la marcha de que se cumpliera el recorrido legalizado.
Tras una rueda de prensa, con escasa presencia de los medios locales, y la lectura del manifiesto: Sucumbíos, por la reconciliación y contra la difamación, dio inicio a las diez de la mañana, la gran marcha por la paz social y la defensa de Isamis, movilización por las calles de Lago Agrio.

Una persona tuvo que ser atenida por la Cruz Roja por el calor y la deshidratación.

Cinco son los grandes temas de esta marcha: Necesitamos un obispo comprometido con Sucumbíos, Sucumbíos contra la difamación y la mentira, si las vacas hablaran no difamaran, cartel que cuelga de un carromato del Prodas que transporta dos vacas, defender un proyecto de radio comunitaria no es terrorismo, una iglesia participativa y liberadora siempre ayuda, unidos y unidas por la reconciliación de SucumbÍos.

Una pancarta gigante con las fotos de los seis carmelitas expulsados de la provincia, de los tres sacerdotes diocesanos y del Obispo emérito, Monseñor López Marañón.

Un grupo de carismáticos se está concentrando en la catedral, en protesta por la movilización de Isamis. La policía permanece en las puertas de la catedral.

Con mucho humor y mucha música, la marcha continúa por las calles.

Siga la marcha en video:

Radio Sucumbíos, audio:

lunes, 12 de septiembre de 2011

Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala es el silencio de la gente buena. - Mahatma Gandhi

Luego de que ha pasado algún tiempo, en el cual pensábamos que todo saldría bien y se llegaría a una verdadera reconciliación vemos que Satanás sigue paseándose por la provincia de Sucumbíos de muchas formas, pero sobre todo en forma de mentiras, injurias y calumnias; y, toma el nombre de Dios para los actos más bajos que cualquier mente maquiavélica podría imaginar y sobre todo financiados por intereses externos a nuestra gente.

Algunos indignados y sorprendidos amigos nos han hecho llegar un pasquín "anónimo", en el cual lo único que se puede rescatar es la calidad y el diseño de primera, el cual debió haber costado su dinerito $$$$ para su publicación y que debió haber sido financiado por gente pudiente.  Lo no rescatable es todo su contenido, por un lado la exagerada labor que "cumplieron" los Heraldos y por el otro lado: la más infame cochinada de mentiras e injurias que difaman la labor de los Carmelitas en donde, con fotos "robadas" que estaban en las computadoras que los Heraldos tomaron de las oficinas administrativas y que nunca devolvieron al igual que los carros que utilizaron en su huida y las finanzas de las cuales nunca dieron cuentas, ahora son utilizadas para mancillar el buen nombre de la gente buena, digo buena porque todos los conocen así en Sucumbíos.

Es hora de pedir a la Iglesia y sus representantes que tomen decisiones, que de una vez por todas lleven a nuestro pueblo hacia la reconciliación poniendo un alto a toda esta barbarie, como es posible que entre hermanos se den estas cosas, ¿o es que no son hermanos?, si no son hermanos que salgan de donde nunca fueron bienvenidos, que regresen a sus parroquias peluconas en donde se sienten bien y la gente compra su tranquilidad de conciencia con diezmos y aportes económicos, nuestro pueblo es un pueblo sano y libre de malicia, no necesitamos la salvación a coste de la desunión.



Símbolos de nuestro Pueblo junto al fuego que convoca y que es cotidiano en cada familia

Sacerdotes en jornadas de integración con la gente del Pueblo, colaborando en dinámicas, sainetes y festividades
El Pastor de su pueblo como camino hacia el Padre en el árbol de la Vida

Inculturados en la realida del Pueblo
























El Santo Padre Benedicto siendo limpiado por un aborigen Australiano
¿Porqué es Satanizada esta la ceremonia Indígena de la Amazonía? ¿porqué no es un Papa?

jueves, 4 de agosto de 2011

Del otro lado (Marianela Valverde ) CUENTOS CORTOS


“Tomó sus cosas y miró el reloj, se dirigió al lugar donde se sentía seguro, probablemente porque siempre había estado ahí para él: su cuarto.

Se despidió de sus paredes que tantos recuerdos habían guardado: sus sueños, sus ideas, sus sentimientos y ahora sus nostalgias, éstas estaban plasmadas con grafitis multicolores, con figuras y formas que solo él podía ver, que solo él podía leer, que solo él podría comprender.

También se despidió de las ventanas, que por las soleadas tardes tapizaban su solitario rostro con las más variadas armonías y que por las mañanas le anunciaban la hora de levantarse; de su cama y de su almohada, amigas íntimas, quienes conocían sus secretos y fantasías de amores encontrados y olvidados en la memoria.

Y antes de marcharse, le dirigió una oración al crucifijo, luego lo besó, recordó que él era quien lo había acompañado toda su vida y que la soledad era necesaria algunas veces (no siempre) para encontrarse con su propio corazón, lo volvió a mirar y entonces lo tomó y lo echó en su bolsa.

Salió, cerro la puerta y tiró el fósforo. No miró hacia atrás, siguió caminando mientras sentía arder su espalda… brotaron algunas lágrimas que fueron arrancadas por el viento que soplaba como todos los diciembres.

La plateada luna iba alumbrando las callejuelas llenas de sombras que cobraban vida y hacían revivir las aventuras de recuerdos infantiles y de las juventudes mutiladas…De un momento a otro se detuvo, su mirada se había nublado y de nuevo una estampida de viento volvió a secar el rostro apesadumbrado de tristeza por su partida necesaria… necesaria para trabajar, necesaria para vivir, necesaria para ser feliz, necesaria para transformarse, necesaria para experimentar la libertad, necesaria para vivir en paz, necesaria para encontrar compañía, necesaria para el pan y el techo digno…

Al final de la calle se encontró con quien le ayudaría a transformar su vida del otro lado. Como pudo se subió al camión y se encontró con otros ojos iguales a los suyos, con otros rostros iguales al suyo: forzados, afligidos y asustados por dejar aquel lugar que tanto querían, que tanto esperaban que cambiara para no marcharse.

Era demasiado tarde ¡eso lo habían esperado desde hace mucho!

Entre más se alejaba, más se aferraba el corazón a su tierra, quiso por un momento arrojarse al suelo pero miró hacia la colina y vio como su choza se desvanecía lentamente por el fuego, así también su esperanza…

Mientras del otro lado las noticias anunciaban: “los jefes de estado se reunirán para plantear medidas ante el tema migratorio”…. “han construido un muro en la frontera…”, “la nueva ley migratoria vigente traerá…”, “la mayoría de inmigrantes se desplazan por…hay que tomar medidas fuertes ante el tema migratorio…”

Él solamente pensaba al escuchar los voceros… “¿qué saben ellos?... esos los del otro lado.”
 
Marianela Valverde
Costa Rica

miércoles, 27 de julio de 2011

IK - María Leticia CRUZ POCEROS (Cuentos cortos)


Descansaba sobre una mesa de madera apolillada...

Su madre, apurada, salió a recoger unas flores; su hermana preparaba el café...

Su padre afilaba el machete.

Había mucha niebla, la tierra húmeda se olía en el ambiente, las plantas goteaban el sereno de la noche anterior.

El machete casi estaba listo... y se oxidaba con las lágrimas. Tum, tum, caían sobre él.

El ocaso parecía no llegar jamás... hace mucho que no se mira el sol.

Mientras, afuera de la casa todo era normal, la mayoría se empeñaba en negar lo evidente.
Las horas fueron pintando el cielo que anunciaba la tarde un tanto gris.

Un grupo de hombres vestidos de verde con café, portaban poderosos rifles; y su cara reflejaba amargura, su sonrisa burla; sus manos prepotentes afloraban satisfacción irónica.

Yo salí de la casa; jugaba con una lagartija que tenía herida una pata; me gustan mucho los animales y quería curarla.

Mi madre, junto con otras mujeres, apuradas en el horno amasaban y preparaban el café con un toque de canela en las ollas de barro... despertando el hambriento olfato de los que estábamos cerca.

Aquí, donde yo nací, las mujeres dedican gran tiempo a sus casas, a sus maridos, a sus hijos, a la cocina, a la siembra, a parir.

Con el paso de los años las manos se curten entre la cosecha y el desgrane del maíz.
Sembrar no es cosa fácil, más cuando estamos entre lo alto de la montaña donde la tierra no es fértil como para florecer los granos. A veces tenemos que talar árboles para sembrar, porque aquí la tierra de siembra caduca rápido.

A veces los cenzontles se quedan sin árbol para hacer su nido.

Los hombres también hacen labores de preparar la tierra de siembra, de cosecha, de recolección de leña y de trueque. Muchas veces bajan al pueblo o a la ciudad e intercambian nuestra cosecha o nuestros tejidos por otras cosas que necesitamos, a veces alguno de nosotros necesita medicinas de hospitales y también necesitamos animales, para comer y para ayudar a transportarnos, aunque estamos acostumbrados a caminar muchas horas entre lo que lastima de los paisajes de la sierra.

La recolección de la leña acalora tanto como el fuego que la madera enciende.

Para trabajar no hay distinción entre mujeres y hombres. Mi madre nos trae agua a casa cuando después de una larga caminata logra acarrearla, casi siempre, cuando asienta los cubos en el piso, alguna que otra gota de su frente cae y se mezcla con el agua que beberemos o con la que nos limpiaremos.

A veces pasan días sin bañarnos, no porque seamos sucios, como muchos nos dicen, pero a veces el agua escasea tanto que sólo tenemos dos opciones: o la bebemos o nos bañamos.
La ropa se lava en el río o en lavaderos comunitarios que están más abajo, hacia el pueblo. Muchas mujeres aquí tejen, bordan con muchos colores expresando lo orgullosos que estamos de nuestras raíces, de nuestra tierra, aunque eso de “nuestra” suene a sueño, a aventura con el sólo hecho de decir que es nuestra.

Algunos ya hasta el orgullo han perdido, otros no el orgullo pero sí la esperanza, otros con orgullo sueñan una esperanza que para muchos suena a rebeldía.

Entre telares y pieles curtidas de sol, de siembra, de frío, poco a poco las horas cambiaron los colores de los bordados de aquella tarde. Los telares de cintura fueron parando conforme la noticia de aquello que ese día estaba ocurriendo se fue esparciendo.

La tarde se fue poniendo más fría y había una especie de inquietud pasmosa.

Llevé la lagartija y la puse sobre una piedra para curarle la pata. A mis espaldas estaba su casa... a la izquierda la casa en la que las mujeres cocinaban; y frente a mis ojos mi casa de lámina que a menudo mis padres levantaban.

Fueron acercándose más hombres de los que vestían verde y café; hablaban una lengua extraña, la misma con la que nos gritan los que no son como nosotros; ellos, a quienes mi padre llama mestizos.

Se suponía que yo debía estar con las otras niñas ayudando en la cocina o cuidando a los bebés. Aquí hay niñas que tienen bebés.

Le entablé la pata a la lagartija. Recuerdo que Rosa sonrío mientras amamantaba a su pequeño hijo de tres días de nacido, y junto a ella estaba la abuela María, quien siempre contaba historias antiguas y predicciones de libros sagrados de los antiguos mayas.

El padre del hijo de Rosa aprendió la lengua de los mestizos y se fue a San Cristóbal, un día sólo le dijo a Rosa que se iría en el tren con los que vienen desde más al Sur para llegar más al norte; Rosa le lloró mucho cuando se fue y de vez en cuando aún se le mojan los ojos porque el padre ni conoce al chamaquito; Rosa dice que quien sabe si estará vivo o habrá quedado por ahí entre el Río o desierto que tendría que cruzar.

A veces los cenzontles tienen que volar a otros lados.

La Abuela María es respetada en el pueblo, por sus historias y porque cura, ella sabe de muchas plantas, dice que cada yerba la sembró dios para algo especial; cuando sale a recolectarlas se detiene y hasta cierra los ojos, pareciera que descubre el olor de cada una, tiene tan buen olfato y tan buena mano que muchos de los niños que estamos aquí hemos nacido por ayuda de ella.

Mientras Rosa se enamoraba más de su pequeño hijo, la abuela María tenía extraviada la vista en lo que el puro se iba haciendo pequeño entre lo rojo que existe entre la ceniza y el humo que se fuma.

De pronto mi padre me jaló, me empujó a la casa y me dijo que no saliera de ahí.
Y lo evidente sólo era una vez más...

Mi padre salió de la casa, yo me agaché porque una piedrita se me metió entre el dedo gordo y el de junto, en mi pie.

Entonces escuché la voz de Bartolomé, el compadre de mi papá; quien hablaba con mi padre en secreto y agitadamente.

Yo me quedé agachada tras la cortina que servía como puerta en mi casa de lámina, me quedé quietecita y en silencio para poder escuchar; apenas y podía oír, el alboroto crecía allá afuera.

- Nos tienen miedo- dijo mi padre asustado.
- Somos nosotros, los otros, a quienes quieren asustar con esto. Ellos no entienden nuestra lengua- le contestó como ausente el compadre Bartolomé.

La verdad yo no entendía de qué hablaban, pero mi padre le dijo a Bartolomé que no era la primera ni la última vez que pasaba, que era hora de reclamar.

Hace mucho tiempo, dice la abuela María, que estamos todos divididos. Indios y mestizos.   “Ellos y nosotros” son palabras que separan.

Hablaban de alguien cuyo nombre yo no podía escuchar.

Mi padre le contó a Bartolomé que el “alguien” estaba jugando cerca de los hombres de los tanques; rondaba por ahí, con su cara cubierta de estambre negro, con el que sólo se miraban sus ojos del mismo color y se asomaba su piel confundiéndose con la tierra.

Uno de los hombres le gritó que se largara, pero “él” no entendía sus gritos; los observaba con atención; le seguían gritando, así que con coraje les aventó piedras con la resortera de madera que se amarraba con una cinta a su tobillo.

Pero una de las piedras rozó la mejilla de un hombre de lengua extraña; así que muy molesto correteó al “alguien”, hasta que éste tropezó y cayó. Entonces el sujeto lo jaloneó y como “él” comenzó a gritar con desesperación e ira, lo calló haciendo sonar el tac, tac, tac, en su cabeza y pecho. Lo cargó y lo arrojó al pie del camino, en el cerro, donde había gente de la comunidad que vive cerca de su casa. Entonces la noticia corrió.

De pronto el alboroto creció.

Miré por un agujero, uno de los hombres de los tanques se acercó a mi padre, quien habla algo de la lengua extraña, la de ellos, los mestizos; el hombre le dijo algo a gritos y se marchó, pero no todos se fueron, nos vigilaban con sus rifles.

Bartolomé apurado le preguntó a mi papá qué le había dicho el hombre.

Mi padre tomó un puño de tierra y lo devolvió a ella violento. Se pasó la mano sobre su cara y cerró el puño; hablando con los dientes apretados le dijo a Bartolomé que el hombre le reclamó que “uno de nuestros niños fue a agredirlos y que ellos habían tenido que aplacarlo, pues a ningún lugar llegaríamos con la tonta rebeldía, nuestros palos y machetes; que nos apaciguáramos o a todos nos pasaría lo mismo; que el zapatismo no servía, que no era tierra ni igualdad ni libertad”.

El alboroto creció de tal forma que no oí más.

Yo tenía mucho miedo, sentía tierra en la garganta y agua en los ojos.

La noche había llegado…
De pronto todos caminaron a su casa, la de “él”... era la casa de IK, mi amigo que tenía los mismos seis años que yo.

Entonces no pude esperar más, salí de mi casa; hacía mucho frío, olían los tamales, el café, la leña y la tierra húmeda; el humo del horno, y de las fogatas se perdía con la neblina.
Oí gritos, Rosa estaba en la entrada de la casa de IK, cargaba a su pequeño hijo muy asustada, y brotaba de sus ojos agua que humedecía más la tierra.

La lagartija estaba entre mis manos. Me colé entre la gente y llegué hasta las flores que su mamá había recogido.

Descansaba sobre una mesa de madera apolillada...

Y volví a sentir agua en los ojos que cayó con la del cielo enfurecido.

IK estaba dormido, manchado de rojo...

Salí corriendo y me acosté en la tierra, el cielo lloraba y gritaba junto conmigo y los míos.

Miré a los hombres de los rifles, no estaban muy lejos; ellos reían.

No comprendía, tal vez para ellos los mestizos de lengua castellana, IK no importaba, tal vez para ellos era sólo uno de nosotros, los otros, los que no somos como ellos, nosotros los indios.

Un hombre me miró a los ojos, yo sentía tierra en la garganta y una sensación de enojo, de rabia, de harta muina y dolor del pecho, que sin darme cuenta le arranqué la cabeza a la lagartija mientras se oía el afilar de los machetes.

Era noviembre del 94 en la Sierra de Chiapas.

El frío heló mis lágrimas mientras mi sangre hervía.

Después vino la matanza en Acteal... y para ellos -otra vez- el olvido hacia nosotros. La sangre de los míos impregnó con su olor al viento... IK se tiñó de rojo, tal vez porque IK en la lengua de ellos, los mestizos, significa Viento.

Algunos han aprendido a mirarnos, aunque para eso algunos hemos tenido que ponernos un pasamontañas, o emigrar a las grandes ciudades a narrar nuestras propias historias no en tzotzil o en nuestra lengua, sino en castellano. Otros han tenido que entintar sus historias con su propia sangre. Otros siguen luchando el día a día.

Los machetes se siguen afilando...

Aún no hay justicia para IK... el viento está teñido de rojo.


 
María Leticia Cruz Poceros
México