Quito, 27 de mayo del 2011
Hermanas y hermanos en Cristo
La experiencia marca procesos, un encuentro fuerte y en muchos casos definitivo con Jesús y su Padre Dios. Para mí cada encuentro, retiro, significó y significa una suave caricia que confirma el amor entrañable de Dios en mi vida.
En este contexto quiero invitarles a la solidaridad con Sucumbíos, Iglesia a la que serví durante 7 años, dando lo mejor de mí para construir una Iglesia-Comunidad.
Algunos de ustedes me conocen, otros no tienen idea, sin embargo, quiero compartirles que la acción profética de Mons. Gonzalo López Marañon, Carmelita Descalzo, Obispo emérito de Sucumbíos, está despertando la conciencia de pertenencia y amor a nuestra Iglesia Católica y el lugar que tienen los laicos en la misma.
Queremos comunicarles lo hermoso de una Iglesia en la que todos, desde el obispo, pasando por sacerdotes, religiosas y religiosos de diferentes congregaciones, hasta los laicos comprometidos en los diferentes barrios y recintos, vibramos en la hermosa tarea de evangelizar.
Esta manera de ser Iglesia ha supuesto interesantes nociones que nos recuerdan las primeras comunidades de Hechos de los Apóstoles (Cfr. Hch. 2, 42-47):
- El proyecto de vida y el proyecto de trabajo se unen en los Equipos Misioneros.
- La economía solidaria ha permitido una única administración y distribución de bienes.
- La pastoral de conjunto ha permitido la unificación de criterios y de acción, con una estructura flexible y participativa en constante revisión, en la que todos tienen palabra.
- Promueve una Iglesia Comunidad–Ministerial y un acompañamiento a la organización político–social de la provincia, que fortalece el tejido social.
Son 141 días de vigilia en Lago Agrio y 4 días de ayuno de su obispo emérito, en Quito en la Alameda,“venid y veréis” (Jn.1,35) dice el Señor, Mons. Gonzalo, está recibiendo para conversar con quien desee hablarle, les esperamos.
En su plegaria diaria tengan en cuenta esta intención: “Para curar heridas y la reconciliación de Sucumbíos”, no dejemos que nos confundan con patrañas políticas mal intencionadas, la Iglesia, que somos todos, tenemos el derecho de expresarnos en diversos carismas, en comunión con el Santo Padre y el Magisterio de la Iglesia, esta ha sido nuestra práctica siempre y el que diga lo contrario, no está hablando en “Espíritu y Verdad” (Jn. 4, 20-24).
“Como Cristo amó a su Iglesia y dio su vida por ella” (Ef. 5, 25)
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