Cuando los justos triunfan

Quito 16 de junio del 2011

Muy querido Monseñor Gonzalo:

"Cuando los justos triunfan, la fiesta es grande" dice el Salmista.

Hoy, al culminar su ayuno y oración voluntarios, queremos celebrar alborozados con usted y con ISAMIS, la fiesta del triunfo de su entrega paternal y sacrificada por SANAR HERIDAS Y RECONCILIAR la sufrida realidad de la Iglesia y pueblo de Sucumbíos.

Durante todo este tiempo doloroso y pascual hemos sido testigos de estos 24 días con sus noches, vividos en plenitud de entrega, sin probar alimentos, a la intemperie, resistiendo el hambre, el debilitamiento del cuerpo y de sus signos vitales; soportando el frío o la incandescencia del sol ecuatorial, la lluvia y las heladas noches quiteñas. Pero esto no ha sido lo peor, lo más doloroso entendemos que fue, soportar la incomprensión de quienes debiendo ser "hermanos cercanos", no entendían ni comprendían o no querían entender el alcance de su acción no violenta; ni su clara opción evangélica; y de quienes en Sucumbíos traicionaron el trabajo y la línea pastoral construida comunitariamente en esos largos 40 años de lucha por transformar la iglesia piramidal en una iglesia viva, en una iglesia comunitaria. A Dios gracias todo esto está en camino de reconciliación...

Usted querido Monseñor con estoicismo probado, hace 24 días salió de nuevo como sembrador a sembrar semillas de paz, reconciliación, perdón y amor desde este parque de la Alameda de Quito y constatamos que la cosecha es abundante y sus frutos son maravillosos pues son frutos del Espíritu. Entre ellos vemos su fortaleza, su alegría y sentido del humor nunca debilitados... además de los claros signos de perdón, reconciliación y pacificación al interior de la Iglesia y el pueblo de Sucumbíos; y de todo ese sentido de "iglesia viva" que ha dejado en todos nosotros en este Quito en el cual, desde espacios pequeños, anónimos intentamos seguir el Evangelio de Jesucristo Liberador. Cuan verdad es que "los que siembran entre lágrimas, cantando van a segar". Usted, como Pablo, ha cumplido a saciedad con la meta propuesta; "ha combatido el buen combate, ha terminado exitosamente su carrera, ha guardado la fe".

En esta zona norte de nuestro Ecuador Andino se aproxima la fiesta Kichwa del INTI RAYMI, que es precisamente la fiesta de la cosecha, fiesta de agradecimiento a nuestro Taita Inti, a nuestro Padre Sol por haber logrado madurar los granos... Usted Monseñor, con su entrega profética profundiza este Inti Raimi en nuestros Andes. Este año el Inti Raymi tendrá también sabor a paz multiplicada y reconciliación compartida.

A nosotros sólo nos queda agradecerle de corazón por su sacrificada entrega y por ser ejemplo vivo a seguir, de lo que para Mons. Leonidas Proaño es la solidaridad "entregar por amor hasta la vida".

Con todo cariño, gratitud y admiración, Fundación Pueblo Indio del Ecuador,

Nidia Arrobo Rodas, Directora Ejecutiva